Quererle es como conducir un Maserati nuevo
por un callejón sin salida (
drive down),
más rápido que el viento,
apasionado como el pecado, terminando tan de repente.
Quererle es como querer cambiar de opinión
una vez que ya estás volando en caida libre.
Como los colores del otoño,
tan brillantes justo antes de perder (el color).
Perderle fue azul (
triste), como nunca había conocido,
echarle de menos fue gris oscuro a solas,
olvidarle fue como
tratar de conocer a alguien que nunca conociste,
pero amarle fue rojo, amarle fue rojo.
Tocarle fue como darse cuenta
de que todo lo que alguna vez quisiste,
estaba justo ahí, delante de ti.
Memorizarle fue tan sencillo como saber
todas las palabras de tu vieja canción favorita.
Pelear con él era como intentar resolver
un crucigrama y darte cuenta que no hay respuesta correcta.
Arrepentirse de él fue como desear no haberte enterado nunca
de que el amor podría ser tan fuerte.
Perderle fue azul (triste), como nunca había conocido,
echarle de menos fue gris oscuro a solas,
olvidarle fue como
tratar de conocer a alguien que nunca conociste,
pero amarle fue rojo, oh, rojo, rojo ardiente.
El recordarle viene en flashbacks y ecos,
me digo a mí misma que ya es hora, tengo que dejarlo ir,
pero seguir adelante (después) de él es imposible,
cuando todavía lo veo todo en mi cabeza
(pintado) de un rojo ardiente, ardiendo, era rojo.
Perderle fue azul (triste), como nunca había conocido,
echarle de menos fue gris oscuro a solas,
olvidarle fue como
tratar de conocer a alguien que nunca conociste,
porque amarle fue rojo, rojo, un rojo ardiente.
Y es por eso por lo que está dando vueltas en mi cabeza,
vuelve a mí, ardiente rojo.
Su amor fue como conducir un Maserati nuevo
por un callejón sin salida.
Taylor Swift - Red - Rojo